jueves, 25 de abril de 2013

La fotógrafa niñera, Vivian Maier

Erase una vez una niñera  norteamericana que escondía en su armario una cámara de fotos.
No le dijo nada a nadie, pero mientras llevaba y traía  los niños al colegio, preparaba desayunos variados para las variadas edades que componían la prole a la que cuidaba o ordenaba la ropa que cada día llevarían... también dió rienda suelta a una escondida pasión: la fotografía.
Yo la descubrí gracias a Rosa Cantón ( una niña rubia que lo preguntaba todo y ahora es una mujer comprometida que ya tiene respuestas y luce un tono original en sus quehaceres) y a elle le prometí este post.
Desde finales de los años 50 se recorría todo Chicago, en sus días libres, para observar escenas, gente,calles,momentos y espejos...con una cámara Rolleiflex.


La descubrió un historiador local ( John Maloof) en 2007 porque le compró a la Sra Meier  todos sus negativos para que esta pudiera sobrevivir, ya anciana. Cuentan que algunos de los niños a los que cuidó le compraron un apartamento y se ocuparon de ella hasta el final.

 Maloof  pudo conversar con aquellos "niños" que la describieron  como una mujer socialista, feminista, una crítico de cine maravillosa y que amaba el teatro. Vestía chaqueta de hombre, zapatos de  hombre y un gran sombrero. Estaba constantemente tomando fotos, que no enseñó a nadie. 

 En 2008, se resbaló en el hielo y se golpeó la cabeza. Murió en 2009, a los 83 años, dejando miles de historias detrás.

 Dicen que mágicamente tocó las vidas de todos los que la conocieron. Y así llegó esta historia hasta mi.

jueves, 18 de abril de 2013

Cumplo años y recuento momentos



A los quince, mi madre me regaló una guitarra.
A los dieciocho viajé por primera vez a Marruecos.
A los veintidós me cantaron cumpleaños feliz en pleno magazine radiofónico, locutando "La alfombra mágica".
A los veintisiete decidí compartir mi vida con un hombre que ama la música y me hace reir.
A los treinta apagué las velas embarazada de mi hija Julia.
A los treinta y cinco mi hija Berta las apagó junto a mi.
A los treinta y siete celebramos mi cumpleaños en plena campaña electoral a las municipales olvereñas.
A los cuarenta bailé y disfruté de una noche hawaiana en compañía de los mejores amigos.
A los cuarenta y cuatro nos regalamos una playa en  punta papagayo.
Acabo cumpli cuarenta y seis y hoy me estoy regalando momentos.
 Mi amiga remejurado me ha escrito unas palabras mágicas hace unos pocos días. Mi amigo Jesús también.
A las ocho de mañana mi amiga Macu me despertó con un delantal para hacer tartas (amigasbrujasqueadivinanmomentos).
Mi hermana Lola  me abrió la mañana con un "te quiero mucho" que hizo saltar una de mis lágrimas verde agua.
Olivia me entregó un paquetito que guarda algo bello que dejaré que mis hijas encuentren cuando yo no esté.
Carmen me entregó una tarta hecha con mucho ♥♥ y me hizo pensar en las emociones que nos unen a quienes compartimos tiempo.
Soplé las velas junto a la gente que quiero y eso no tiene precio.
Tanto cumplir años me ha sacado del culto al objeto y ahora prefiero los sujetos. Quienes que me dedican unos segundos, un minuto, un par de horas, toda una tarde, un fin de semana, veintiún años o toda una vida. Quienes me hacen llegar detalles o palabras repletos de cariño, que hacen que mis días sean más bonitos, porque detrás de cada objeto/papel/mail o llamada hay alguien que me ha dedicado su tiempo. A mi también me gusta regalar tiempo, ya lo sabéis. Qué generosidad. Gracias.
Me gusta cumplir años. Girarme, mirar atrás y seguir hacia delante.


lunes, 15 de abril de 2013

De Pascua a Quasimodo

Source: flickr.com via Pia on Pinterest


Sólo un rayito de sol entró en Olvera durante la semana santa. Lo hizo el sábado, dejó respirar al lunes y al jueves. Pero nada más. Las sensaciones que provocan los tambores y  las trompetas por el casco histórico, bajando la Calzada o  por la calle Nueva...son difíciles de contar. Seas de un color u otro, creyente, nazareno, agnóstico o turista. Nuestros pueblos están llenos de estampas que dan la vuelta al mundo. Seguro que de lo más solicitado a las vírgenes este año ha sido trabajo y que pare de llover.




Llevamos meses de charcos, paraguas y secadoras. De paseos a la azotea y de visitas a las webs del tiempo. La colada pinta de colores los tejados olvereños pero hay que salir corriendo a quitar la ropa cada día, dejando atrás un reguero de palillos tirados por el suelo ante la presteza de los goterones. Si, acaba en -ones porque en este lugar nuestro no llueve chirimiri, llueve en XL.
 A la semana santa en nuestro pueblo le ha sucedido el lunes de quasimodo  así que los huevos que en tantas partes del mundo se decoran, aquí  se convierten el hornazos. Os enseño el de mi amigo Luís, que no tiene desperdicio.


Pero ya han llegado los días claros y abril se relame pensando en todo lo que van a hacer con él quienes amamos las aceras, los caminos, los montes, las calles...
Uy...mira...creo que la reflexión  del post va a  ser : nos gusta todo, la lluvia, las bandas, los hornazos, el sol, la pascua, hablar del tiempo, pasear y comer cosas bonitas. Somos redondos!


Gracias a  Stephen Candler, Miguel Argimiro y Luís Zarzuela  por sus fotos.

"Puedes visitar este y muchos más lugares en Blogger Traveller Abril