viernes, 21 de junio de 2013

Galletas buenas para buenos maestros

Acaba el curso y con él, el obligado menú semanal, la guerra de las horas, las cenas tempranas, las idas y venidas a la copistería, a la papelería o casa de la vecina a por fixo. Acaba el curso y me gusta dar las gracias a los maestros que se han encargado de que este año Berta aprenda tantas cosas. Me gusta la educación pública y los maestros y maestras que creen en ella.
Como mi novio hace unas galletas para chuparse los dedos, él se ha encargado de la cocina y ha elaborado esta receta:
 Todos los ingredientes juntos , incluídos los tacos de mantequilla y el chocolate rallado


Las manos son importantes en esta receta, limpitas y grandes manos!


Los moldes escogidos: estrella, oso, vestido y chapa.


Al horno con ellas!!


Y ahora...unas etiquetas ( gracias mamaconvergente) que dicen justo lo que yo quería decir. Unos botes de cristal ( los guardo todos porque los uso muuuucho) y al colegio con ellos!. Aún estás a tiempo de decir gracias ;^)



jueves, 13 de junio de 2013

Lola, musa y guerrera

Tiene una sonrisa que vale para mil fotografías. Camina despacio y mueve levemente los hombros al hacerlo.Es serena, amable, discreta, caótica, dulce, espontánea y polivalente. Es habitual verla con gatos, perros, hurones o tortugas  porque por encima de credos y títulos, es una  comprometida defensora de animales y plantas. Si tu mascota pierde el norte un día y ella la encuentra, dará pronto contigo, no lo dudes.



Es inventora, si, que es como me gusta a mi llamar a quienes se gradúan en Ingeniería Industrial. Con la ayuda de su padre creó una máquina para hacer jabón casero que busca sponsor. Su padre hubiera sido ingeniero automovilístico si no le llegan a tocar los otros tiempos, porque  abre un capó y diagnostica a la primera  o transforma  frigoríficos en incubadoras mientras destripa electrodomésticos y los customiza....Su madre cocina para mojar pan y dejar los platos limpios, siempre. Sus hermanos, Mª José y Santiago, tienen para otro post y no tardará en llegar.
Lola tiene un hijo de once años, precioso, que la  posicionó tempranamente como madre y que la ha hecho más fuerte, más segura, más obstinada con las metas y más exclusiva con las elecciones.


Compaginó estudios, maternidad, familia, mascotas, viajes y trabajo. Sobrevivió a todo y ahora navega con rumbo fijo a la búsqueda de una oportunidad que  le permita desarrollar sus habilidades profesionales a la par que pasa modelos, recoge perros o gatos abandonados de las calles, cocina comida japonesa para sus amigos, almuerza los sábados con su abuela Josefina y ama al hombre que la hace reir.
Amante del sushi, del negro, de los zapatos planos y los bolsos grandes, de las causas justas, de quienes crean, de las reuniones familiares, del sol, de una buena taza de té... Lola, musa y guerrera.