lunes, 15 de julio de 2013

Francisco Cruces : Un fotógrafo de corazón ancho

Soy incapaz de contener las emociones, me entra un irrefrenable deseo de contar lo que siento cuando algo me mueve o me conmueve.


Este Cruces Fotógrafo es un tipo alto, de manos grandes, tiene una sonrisa fácil  y su mirada es transparente. Ahora va rapado pero yo he conocido su melena. Acabo de hacer con él un Curso de Iniciación a la fotografía y  me ha enamorado del diafragma. Estas cosas pasan: profesor presenta a alumna a alguien importante para el resto de su vida.
Le gusta pasar de puntillas por las escenas, para que su presencia no se note y  pueda captar emociones o momentos únicos, así que no sé si le va a gustar mucho ser el protagonista de este post.

Yo creo que nació fotógrafo, sólo que desde  hace unos años se lo ha tomado en serio.
No es un fotógrafo al uso, es muy, muy particular. Esa particularidad reside en su ojo.Siempre  apunta al corazón, al momento extraordinario. No tiene prisa y se sienta a esperar hasta que aparece la luz exacta que anhela el objetivo. Es un fotógrafo documental, social, bautizado por un viaje solidario al sur de Marruecos que le cambió la vida. Bajó a las montañas del Atlas, vació sus bolsillos y se los trajo llenos de miradas, de deseos, de tripas, de versos, de arena, de agua, de colores, de furia...Desde entonces ya no quiere más que contar historias con cada foto, quiere cambiar el mundo. Eso lo hace grande. Yo comparto con él la teoría casera de los granos de arena, es lo que nos hace felices: perseguir sueños y  no cesar en el intento.

Es un fotógrafo al que admiro desde hace tiempo, como admiro a Cory Richards y a  Richardson ( gracias a Instagram), como admiro a Robert Capa ( gracias a los libros de fotos), como admiro  a Jackie Rueda (gracias a Internet). Están todos en mi caja de admiración y respeto. Mis sentidos no entienden de élites, consagrados, extranjeros, de autor, puristas o innovadores. Mis sentidos los meten a todos en el mismo lugar.

Ecuador ha sido su segundo compromiso: retratar hasta provocar una ayuda humanitaria, ayudar a conseguir fondos para un proyecto a través de sus imágenes. El diría "no son mis imágenes, yo sólo las atrapé para que otros ojos pudieran sentirlas".


Si pudiese colarme en la memoria de su ordenador y navegar por ella no podría acabar esta entrada porque me enredaría en cada imagen y querría contaros todas sus historias. Tiene unas pocas de buenísimas historias que te erizan la piel pero lo mejor son las otras muchas que le quedan por captar. Os aseguro que tiene madera de la mejor, que dispara con pasión, que se lo comen las imágenes por captar.
Mientras una agencia de fotos lo ficha (  Losa, yo tampoco  sé a qué están esperando National Geografic, Magnum ,Terra Project, e incluso EFE ) o algún mecenas quiere apadrinar sus fotografías , Francisco Cruces se gana el pan  poniendo luz y corazón a bodas y eventos (  a mi mencantanlasbodas y él las borda) Ya os digo que todo lo hace desde este ese mismo músculo.


Después de las más de veinte horas que he pasado aprendiendo junto a él, me llama la atención su infinita generosidad en la docencia. Es de esos profes que lo da todo, cuenta lo formal, cumple con el temario y te regala todos los secretos. Quiere que cada persona comprenda los conceptos y no se rinde. Tiene que llegar a cada uno, lo escucha, lo alienta y, suavemente, le clava la pasión por la fotografía.

La otra noche le dije que nos había dado mucho y el que da, recibe. Esa es una de las mayores verdades de la tierra.

 Foto de http://fotoolvera.blogspot.com.es/



viernes, 12 de julio de 2013

Envasado de deseos

Me provoca gran placer pensar y decidir qué regalar . A veces lo encuentro seis meses antes y lo guardo. Otras lo elaboro en casa mientras me deleito en cada paso. Me gusta dar los regalos el día que se celebra algo, pero también me gusta  ofrecerlos cuando ya no se esperan. Decididamente no tengo nada fijo al respecto, pero ni me gustan los " vale por" ni me agradan los " cómprate lo que tú quieras". Y por supuesto, colecciono sonrisas y palabras, esas que salen tras la dádiva.
Esta semana me metí en la cocina, busqué  unos tarros de cristal, y me puse a envasar deseos. Tenía que elaborar con amor los deseos que les iba a dedicar a unas amigas grandes que cumplieron en junio.
El envasado de deseos no se hace en una tarde, hay que buscar los deseos, dar su punto de cocción y colocar una etiqueta en cada uno de ellos.


Los deseos han de estar representados en objetos que puedas introducir en el tarro porque de lo contrario necesitarás una olla en lugar de un bote de cristal.


Has de poner el corazón en cada uno de ellos y decirlo y explicarlo. Lo que no se dice no existe.


No olvides la salud, que es la sal en la cocina.



Ni una pinza bien bonita, que sujetar es algo importante en la vida. A veces que hay que sujetar, otras, necesitamos que nos sujeten.


Se mete todo en el tarro, no se le hace el vacío y se lleva a su destino. Este regalo no es de apertura inmediata. Se abre en casa, a solas, saboreando los deseos.


Estoy enlazando este post a la fiesta de enlaces del blog Personalización de Blogs





martes, 2 de julio de 2013

Cómo sacar el dobladillo a las tardes del verano

La misión  es sacar más partido a las tardes de verano. Es de obligado cumplimiento el descanso tras la comida, lo que aquí llamamos siesta, vamos. Eso sí, en ningún lugar escribieron que en la siesta haya que cerrar los ojos. Mi siesta es para mi y mi PC, té verde con piña caramelizada, los Auryn sonando bajito desde la habitación de mi hija Julia y los pies descalzos. Sé que otros optan por dormir en el sofá, hacer pasteles, dormir en la cama,  tomar el sol, hacer crochet, leer, hacer el amor, dormir en la arena, estudiar, hacer crucigramas... Pues eso, que nadie nos robe ese placer diario que nos regalan julio y agosto.


Cuando la tarde abre los ojos, empieza la lista de tareas que rompe la rutina,que cada día es diversa, en función de las necesidades vitales de la familia y que a la que hay que asignar tiempo y orden si quieres sacar nota.
Veamos, aquí tenemos: comprar tomates para el gazpacho de mañana, recoger la mesa camilla de la tintorería, subir a por unas playeras para la niña, comprar el bronceador del 20 porque mañana el mayor se va a la piscina, barrer la terraza y quitar las hojas mustias a todas las plantitas que se está cargando esta levantera, recoger a tu madre y llevarla a la peluquería, pedir cita en el dentista, comprar una cremallera, sacar la merluza del congelador, aspirar el coche, arreglar la manguera que gotea, devolver los libros a la biblioteca y depilarte.


Bien, hemos avanzado algo en la tarde, ahora vamos a sacar el dobladillo. Ahora vamos a estirarla para que nos dure más: te abstraes ( que es igual que decir te paras, te miras y haces como si fuese lo único en el mundo que te importa) y te regalas una hora, hora y media de placer. Aún a costa de que la cena se posponga, aunque la cesta de la ropa para planchar esté llenita, a pesar de no cumplir con la hoja de ruta.
En este bendito apartado están: una sesión de gimnasio, una caminata viaverdera, un café con gente querida, un curso de fotografía, dos horas a solas con tu blog, probarte ropa, que te hagan la pedicura, una merienda de piscina, un taller de natación, ver tu serie favorita, disfrutar de un atardecer con tu amante, un curso de pilates, una clase de baile, una puesta de sol a  solas y hasta un helado de chocolate comido en la azotea mientras te besa Venus.
Por favor, saca dobladillo a las tardes del verano. Se irá.