El valor del tiempo

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Este libro de la socióloga Durán es toda una joya para analizar nuestros tiempos. Carecemos de él para hacer lo que nos gusta y a la vez, estamos en la era del aburrimiento. Es una paradoja que suele llegar a las culturas más "desarrolladas" y está ligada a la sociedad del bienestar. Esta prisa que cada día nos invade nos impide disfrutar del movimiento de lo cotidiano: regar las macetas, preparar un arroz el sábado, dejar que nos den las diez de la noche charlando aunque aún los niños no hayan pasado por el baño... Nos gusta temporizarlo todo y como vivimos pegados al minutero, se nos escapa el placer del tiempo. ¿ Qué tiempo dedicamos diariamente a reir, a llorar, a pensar?. Cuando los investigadores diseñaron la Encuesta de Empleo del Tiempo se dieron cuenta que a parte del tiempo dedicado al trabajo doméstico, al empleo y al sueño, habia muchísimas actividades que no encajaban exactamente en el ocio: la vida social, la vida con otros. Y a esta parcela me debo hoy. Hay muchas actividades que salen de lo necesario y se convierten en regalo, en arte y en juego ( como dice su libro): que te visiten los amigos, compartir un café, una cena en casa, un par de horas caminando juntos, quedar para cantar o para bailar... Hemos de reconquistar el tiempo... el 53% de la población española según la Encuesta del Tiempo no tiene agobio por falta de tiempo. Quienes sí tienen esta sensación somos la población joven-madura, entrelos 35 y los 50 años. Así que...desbaratemos las estadísticas.

Arcenes por Aceras

Es la imagen del acerado de Julián Besteiro, nuestra avenida con mayor acerado público, a las 11 de la mañana de un día cualquiera. Quienes tienen la desfachatez de aparcar sus coches en mitad de la acera, provocando que los peatones tengan que bajar a la calzada, mientras ellos sacan dinero, compran comida, pagan la contribución o recogen la prensa...merecen una reprimenda, un..."póngase usted en el lugar del otro, del que viene caminando", pero también un curso acelerado del uso de los espacios públicos y otro sobre salud, sobre lo sano que es aparcar en la explanada de la piscina municipal, en las calles Machado, Picasso, Diputación... y caminar 5, 6 minutos. En muchos paises europeos, el civismo llegó con la presión policial, las multas, el bolsillo, que parace ser lo único que nos duele...Aquí tampoco va a llegar así. Iremos pensando en los bolardos.

Las elecciones del 7

Nos la jugamos en las próximas elecciones europeas, nos estamos jugando la postura de nuestro país en las políticas sociales, educativas y económicas ( entre otras muchas) en este complicado futuro. Y claro, una no puede mantenerse callada porque, posicionados como estamos, en una línea progresista, de igualdad de oportunidades, de prestaciones sociales garantizadas, de ayudas a la agricultura y la ganadería, de formación universitaria sin fronteras y de apoyo a las energías renovables... no vamos a dejar que se nos escape esta oportunidad, la de defender políticas de progreso para la ciudadanía. Y esto, hay que defenderlo en Bruselas y tenemos que ser los socialistas. Quienes creemos en la igualdad entre hombres y mujeres, quienes pedimos medidas concretas para luchar contra la desigualdad que provoca interrumpir la actividad laboral a causa del permiso por maternidad , medidas concretas para incentivar que los padres hagan uso del permiso de paternidad, quienes hemos defendido la democracia paritaria y la representación equitativa de las mujeres en los puestos de responsabilidad. Cuando los populares votan en contra de la Directiva para mejorar la seguridad y la salud en el trabajo de las mujeres ambarazadas, cuando votan en contra del acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva en 2015, me echo a temblar y me pongo a escribir y a charlar y a divulgar que este futuro que se nos avecina quiero que sea progresista, quiero que sea socialista. El 7 de junio iremos a votar todas, y todos.

Atraco al espacio público

La elección del lugar donde vivimos condiciona nuestra existencia. Por tanto, la arquitectura y el urbanismo tienen el deber social y el reto, cómo no, de construir ciudades donde las personas puedan ejercer sus actividades obteniendo una buena calidad de vida. Tuve el placer de poder conocer este mundo, junto a un buen número de profesionales, en que se debate cómo es la ciudad que queremos y tuve, por tanto, la ocasión de conocer a excelentes técnicos, de esos que creen de verdad en la ciudad para las personas. Esa fue nuestra máxima durante la gestión socialista:priorizar a las personas por encima de los coches. Que no viene a significar que se aguanten quienes conducen. En Olvera viven más de 9000 personas. De ellas, 2700 son niños y niñas de entre 7 y 12 años que necesitan itinerarios seguros en sus desplazamientos. Es decir, precisan que en sus caminos diarios no tengan que ser acompañados por adultos ( que generalmente trabajamos en sus horas de movilidad) y puedan, sin embargo, recorrer su itinerario sin ser acosados permanentemente por los motores de los que abusamos.

Es muy difícil conseguir un casco histórico donde los coches sean compatibles con los peatones y yo me decanto por las personas. El trazado de calles responde a una época en que las máquinas no lo recorrían, así que nos planteamos, al menos, en la columna vertebral, que un niño o una niña no tengan que bajarse de la acera ( en la medida de lo posible) desde la Avenida Julián Besteiro hasta el castillo.

Parar un coche en la acera para no interrumpir el tráfico supone obligar a un peatón a bajar a la calzada. Parar tres minutos sobre la acera, para comprar, porque no se tiene tiempo de paracar a 50 ó 100 metros para hacer el recado a pie, supone que un abuelo tenga que bajar el escalón de la acera y deba salir a la calle para sortear el vehículo o que un padre con carrito se las maraville para salvar a su bebé sin que sea atropellado por otro coche que sube mientras él baja a la calzada para poder avanzar.

Nuestras ciudades son como los políticos decidieron que tenían que ser.

La única vía olvereña con tramos de hasta cuatro metros de acerado es Julián Besteiro, es la única calle por donde una madre puede caminar con dos niños cogidos de la mano, donde tres o cuatro jóvenes pueden pasear en horizontal, sin hacer fila india; uno de los pocos lugares donde el cruce con otras personas permite parase y concersar. Es uno de los tramos con más calles adyacentes que existen en nuestro trazado y cuanta, además, con una amplia zona de aparcamientos a 100 mts ( 4, 5 minutos a pie)...

La propuesta del PP, apoyada por IU, que nos es otra que robar espacio a la ciudadanía a favor de algunos aparcamientos en esta avenida es un verdadero despropósito. Es un atraco al espacio público. es un parche que viene a conformar a veinte conductores que serían capaces de aparcar a 100 metros para hacer sus recados y a revolver las tripas de quienes creemos en la ciudad para las personas.