martes, 19 de mayo de 2009

Atraco al espacio público



La elección del lugar donde vivimos condiciona nuestra existencia. Por tanto, la arquitectura y el urbanismo tienen el deber social y el reto, cómo no, de construir ciudades donde las personas puedan ejercer sus actividades obteniendo una buena calidad de vida. Tuve el placer de poder conocer este mundo, junto a un buen número de profesionales, en que se debate cómo es la ciudad que queremos y tuve, por tanto, la ocasión de conocer a excelentes técnicos, de esos que creen de verdad en la ciudad para las personas. Esa fue nuestra máxima durante la gestión socialista:priorizar a las personas por encima de los coches. Que no viene a significar que se aguanten quienes conducen. En Olvera viven más de 9000 personas. De ellas, 2700 son niños y niñas de entre 7 y 12 años que necesitan itinerarios seguros en sus desplazamientos. Es decir, precisan que en sus caminos diarios no tengan que ser acompañados por adultos ( que generalmente trabajamos en sus horas de movilidad) y puedan, sin embargo, recorrer su itinerario sin ser acosados permanentemente por los motores de los que abusamos.

Es muy difícil conseguir un casco histórico donde los coches sean compatibles con los peatones y yo me decanto por las personas. El trazado de calles responde a una época en que las máquinas no lo recorrían, así que nos planteamos, al menos, en la columna vertebral, que un niño o una niña no tengan que bajarse de la acera ( en la medida de lo posible) desde la Avenida Julián Besteiro hasta el castillo.

Parar un coche en la acera para no interrumpir el tráfico supone obligar a un peatón a bajar a la calzada. Parar tres minutos sobre la acera, para comprar, porque no se tiene tiempo de paracar a 50 ó 100 metros para hacer el recado a pie, supone que un abuelo tenga que bajar el escalón de la acera y deba salir a la calle para sortear el vehículo o que un padre con carrito se las maraville para salvar a su bebé sin que sea atropellado por otro coche que sube mientras él baja a la calzada para poder avanzar.

Nuestras ciudades son como los políticos decidieron que tenían que ser.

La única vía olvereña con tramos de hasta cuatro metros de acerado es Julián Besteiro, es la única calle por donde una madre puede caminar con dos niños cogidos de la mano, donde tres o cuatro jóvenes pueden pasear en horizontal, sin hacer fila india; uno de los pocos lugares donde el cruce con otras personas permite parase y concersar. Es uno de los tramos con más calles adyacentes que existen en nuestro trazado y cuanta, además, con una amplia zona de aparcamientos a 100 mts ( 4, 5 minutos a pie)...

La propuesta del PP, apoyada por IU, que nos es otra que robar espacio a la ciudadanía a favor de algunos aparcamientos en esta avenida es un verdadero despropósito. Es un atraco al espacio público. es un parche que viene a conformar a veinte conductores que serían capaces de aparcar a 100 metros para hacer sus recados y a revolver las tripas de quienes creemos en la ciudad para las personas.

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