sábado, 19 de junio de 2010

Sereno Saramago


Descubrí a Saramago gracias a mi amigo Ilde Troya. El era un adicto a sus textos y a mi me convirtió. Lo tengo entre mis escritores de cabecera y yo también lo leo siempre como una de las mentes más lúcidas y serenas de entre los pensadores del mundo... Cuando leí El evangelio según Jesucristo me enamoré de sus formas...he regalado varios Ensayos sobre la ceguera...tiene una disertación sobre el precio de los libros digna de memorizar para cualquier ocasión , pero fue La Caverna la que hizo sentir en las tripas la fuerza de Saramago. Siempre me recordó al padre de mis amigas remejurado y trinidemialma...un hombre en perfecta armonía con la naturaleza, capaz de oir a los árboles y de sentir la textura de la piel de la uva...y en una mágica conjuración de elementos con esta familia, nombramos "saramagas" a las hermosas copas de barro esmaltado que José María Olid tiene repartidas por tantas casas amigas... Así que puedo decir que Saramago es algo como muy de casa...y sus palabras andarán siempre impregnando veladas y sobremesas. "Siempre acabamos llegando donde nos esperan".

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