Voy a contarles una historia, no un cuento, voy a contarles
una historia con principio y fin, verídica. Cualquier parecido con la realidad
no es pura coincidencia, los nombres y los lugares no son simulados, son reales
y mañana podréis acudir a ellos para corroborar lo que cuento.
La agenda del 9 de
marzo de este año decía : Puerto real, Visita a la fosa común con la Consejera
Rosa Aguilar. Y allí llegué desde San Fernando, donde la política me había dado
esa mañana la satisfacción de presentar el Museo Camarón, una herramienta de
desarrollo económico, que es como se dice en el lenguaje de las páginas salmón
de la prensa. En el nuestro, en el de lo cotidiano, la mañana me había dado un
caramelo, un placerazo.
Pero ya saben que los días esconden sorpresas y que se
presentan donde les da la gana.
Por eso cuando me bajé del coche en la puerta del cementerio
de Puerto Real , cogí el abrigo, en esta historias siempre hace frìo, y caminamos todos juntos hacia el interior
del camposanto…con un andar lento y sombrío…ya veía yo acercarse la pena.
Javier Giraldez, que tiene 39 años ,es de Montellano, y es el Director General de
memoria Histórica me iba contando que se iba a crear un Banco Público de ADN,
para identificar genéticamente a las víctimas, que eso era muy importante, que
había mucha gente buscando a sus familiares y que el trabajo de los forenses
era impecable… y así caminábamos por entre tumbas con flores y nombres y
apellidos y despedidas y fotos y más flores…

Hasta que a pocos metros de la zanja nos recibieron un grupo
de hombres y Javier nos presentó. Paco, Miguel, José Luís, Abelardo, José
Manuel… todos jubilados, echando las mañanas en este lugar, cargando con
piedras y sacos, echando una mano… todos con una historia en las tripas.
Entonces…muy despacito nos acercamos a la mayor fosa común
hallada en Cádiz ...
Y me asomo a la valla y lo veo: veo montones de cuerpos asesinados ,
amontonados, con los tiros de gracia en las nucas, veo suelas de zapatos, botones y restos de ropa… veo hombres, algunas mujeres, casi un niño…todos
asesinados a balazos en la tapia del cementerio de San Roque de Puerto Real,
tirados junto a la vía del tren para servir de escarmiento a los que pasaban
cerca en esos trenes camino de los astilleros…

No sólo vi cuerpos asesinados. Desde aquella valla nos mostraban la tortura, el
infierno... no hubo guerra en Puerto Real, pero sí una carnicería, el más cruel ensañamiento
con cientos de personas de San Fernando, de Chiclana, de Cádiz, del Puerto…
Y Juan Manuel me iba diciendo…en esta fosa están mis tres
tíos, los hermanos de mi madre, hijos de Cayetano Roldán, el último alcalde
republicano de San Fernando. Enrique me dice que busca a su abuelo Andrés…
Y me fue entrando a mi también una cosa amarga por las
tripas arriba…y las palabras que se contaban se decían en bajito, por respeto
a los muertos sin sepultura… a los muertos de la mayor fosa ilegal abierta
en Cádiz…
Poco a poco nos fuimos retirando de aquel lugar para
continuar conversando al otro lado, donde el volumen de las voces se moviese
más relajadamente…y allí nos contó a todos Paco Aragón, Presidente de la
Asociación, los años de lucha, de
investigación, de preguntas sin respuesta, de perseverar, de llorar a
escondidas, de sacar pecho…y mientras Paco hablaba uno de esos hombres se alejó
con un quejido en la garganta…y el grupo de periodistas enmudeció…se apagaron
las cámaras, los micros enmudecieron y cada uno rumió el momento como pudo.
La Consejera se asomó con Paco a la fosa una vez más, Javier
se abrazó a su equipo, Elena y otros concejales se intercambiaron las miradas
de complicidad de estar en un mismo plano…

Yo me acordé de cómo había empezado la mañana y de cómo me
sorprendió el medio día.
En el ejercicio de mi vida política y personal nunca
había vivido nada tan duro, tan cruel, tan desmedido y tan sin sentido. Todo a la vez. Nunca.
El escenario de esta historia se muestra cada día a quien
por allí quiera pasar. Hay que mostrarlo, pasan estudiantes de secundaria, para
que conozcan nuestra historia…pasan familiares en busca de cuerpos a los que
alguien amó, cerrando heridas… pasan curiosos, sorprendidos,incrédulos y militantes de la justicia.
Pero esta historia es sólo la de Puerto Real, otro día les
contaré la de Alcalá del Valle, la de Medina Sidonia…o cuéntenme ustedes la de
Cádiz, contaremos la de San Fernando, la de el Valle de La sauceda, la de El
Bosque, la de Tarifa, la de Trebujena, la de mi pueblo, Olvera… y todo lo que se nos venga en gana contar...habrá que ir contándolo.
Aquí acaba mi historia pero empieza mi compromiso y el de la
institución que represento, la Junta de Andalucía y el Proyecto de Ley de memoria Democratica.
En la provincia de
Cádiz hay 100 fosas, es la tercera en
Andalucía, por detrás de Sevilla, con 130, y de Huelva, con 120, con mayor
número de zanjas con restos de represaliados de la guerra y el franquismo.
Sus familiares esperan aún justicia porque España es de los
pocos países que no ha juzgado aún un episodio negro de su historia. 
