viernes, 12 de junio de 2009

La sonrisa del otro lado


 


A mi me gusta llegar a un mostrador y que me atiendan con una sonrisa. Y que me indiquen los pasos a seguir amablemente, que me orienten en mi ignorancia, que escuchen mi queja o mi demanda o mi pregunta y luego, me respondan con cortesía. Me gusta que me digan que tengo que dirigirme a otro lugar o que ese asunto no se trata ahí, mirándome a la cara, con las palabras precisas, educadamente. Tal y como yo me dirijo a la persona del mostrador o de la mesa ( adiós, horrible ventanilla). A mi me gusta que me traten como a una ciudadana de pleno derecho y me gusta que en los servicios públicos esto sea una máxima. A mi me gustan las sonrisas y el buen hacer. Y como ejemplo, Paco Olid, en el Centro de Atención Primaria de Olvera.

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