martes, 27 de marzo de 2012

Voy a la huelga

"Yo no estoy de acuerdo con la reforma laboral pero no voy a hacer huelga". Esta es la frase más oída en los últimos días en el entorno más cercano. Con el respeto que me merecen quienes no irán a la huelga, me voy a permitir la licencia de opinar sobre los que sí vamos.
La reforma laboral no tiene precedente: el recorte en la indemnización por despido improcedente; las causas y el control de los requisitos que afectan a este despido quedan a criterios de la empresa. La empresa ya no tiene que acreditar las causas del despido. Los convenios colectivos serán o serón.
Reduce los derechos adquiridos en los casos de maternidad, paternidad, lactancia y acogimiento. Suprime la categoría profesional permitiendo la movilidad permanente de puesto de trabajo dentro de la empresa. Deja a criterio único del empresario las modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo. El empresario, sin posibilidad de oponerse del trabajador/a podrá modificar: horario y distribución del tiempo de trabajo, el régimen de trabajo a turnos, el sistema de remuneración y la cuantía salarial, el sistema de trabajo y el rendimiento.
Yo voy a la huelga el 29 porque no estoy de acuerdo con este agresivo retroceso en los derechos laborales de este país, que se hace en nombre de la crisis y el paro. Voy también para seguir los pasos de todos los hombres y mujeres que han luchado por conseguir los derechos actuales. Y voy porque mis hijas no encuentren este panorama cuando les toque acceder al mercado de trabajo.
Y como no estoy de acuerdo con la reforma laboral, voy a la huelga. Quienes sí vamos, lo hacemos con resposabilidad, en un ejercicio de respeto, siendo solidaridari@s, como actitud  de rechazo y con la ilusión de que se pueden cambiar muchas cosas en el mundo.





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