lunes, 4 de enero de 2010

El erizo de Barbery y Achache



Cuando cayó en mis manos el libro de Muriel Barbery, lo devoré. La sensibilidad de la señora Renée hacia lo más exquisito del arte, la gastronomía o la literatura me fascinó. Ella es una portera fea, gordita,solitaria y preocupada por aparentar que es toda una erizo ante un rico vecindario parisino que la necesita cada día, aunque no sepan ni cómo se llama. La elegancia del erizo me hizo escuchar a Pucell y ver una de las películas del japonés Ozu...pero sobre todo me conmovió. Me gustó la esencia, cómo no nos paramos ante gente a la que vemos cada día porque nos resulta común y lo común nos aburre..., me gustó la poderosa presencia en cualquier esfera de las personas cultas en el más bello sentido de la palabra...me gustó la amistad que puede llegar a surgir entre dos lectores de Tolstói. El libro de esta mujer francesa habla de la amistad, del amor y del arte.


Cuando acudí al cine a ver la película que del libro había dirigido Mona Achache, me cautivó. Una perla en el mar del cine navideño. Consigue Atache plasmar la esencia de la novela, dar voz a los mundos interiores de los personajes, ambientar las escaleras, la cocina de Renée o el salón de Kakuro. Es una película intimista, de esas que te dejan pensando y que te regalan luego una agradable conversación. La película de esta mujer, francesa también, es de diez.







1 comentario:

  1. Para mi gusto, señora Palma, una novela demasiado francesa, demasiado íntima. Sólo un francés podría haber escrito una novela así. Un francés como Rohmer, Truffaut o si de literatura hablamos hasta de la oscuridad de un Genet. Después de terminarla estuve un mes preguntándome porque había sido un éxito de ventas en Francia. La respuesta me la dieron Uderzo y Goscinny: Ils sont fous ces françaises lo que traducido en Cádiz vendría a ser 'Ojú qué levantazo'

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