miércoles, 16 de mayo de 2012

Trucos para encalijos

 
Tengo una amiga que para meterle mano a la limpieza de la cocina necesita un gintonic fresquito. Sólo con este importante accesorio se atreve a pulir los azulejos para sacarles el brillo que poseen y despojarlos de esa capa grasienta que ha alimentado a la familia durante todo un año. Aquí los encalijos se hacen en abril o mayo, antes de que llegue la calor. Pero este año nos ha cogido desprevenidas y por tanto, le va a hacer falta dos.
Tengo otra que  para darle lustre al cuarto de baño se quita los zapatos, se mete en la bañera y hace como que está en la orilla del mar.Y se va mojando los pies con el quitacal y el agua, como si de arenita fina se tratara. Este año, me ha dicho, va a hacer como si estuviera en la piscina de su cuñada, porque no está la cosa para playa, pero va a dejar la grifería que te vas a mirar en ella.
Para desmantelar la buhardilla y reordenar todo aquello no usado durante años y liberarse, por fin, de lo innecesario, una de nosotras, se pone a todo volumen ( el equipo está en la planta baja pero eso no le importa a ella aunque sí al vecindario ) la Flauta Mágica de Mozart y hace como de La reina de la Noche...y entre el olor a amoniaco y el sentir de los 37 grados en el tejado...consigue una vez más poner paz en este caótico lugar. 

Yo he precisado un día completo para cambiar los armarios,que incluye un buen fregado de paredes y baldas.  Hay que darle su sitio a la ropa fresca y...para no ser menos... mientras lo hacía, me he puesto una copa de vino blanco bien fresquito al lado, unas chanchas cangrejeras y el disco de Miguel de Molina. Somos muchas más, bueno, son también algunos, ellos. Cuando  acabemos con esto, hemos quedado  para sacar brillo ( que es lo mismo que lucidez) al gobierno autonómico, porque parece que el primer plato que han sacado viene con costra. Pero a nosotras no se nos resisten los encalijos... porque tenemos nuestros trucos.Lo difícil va a ser quitarle el moho a las baldosas del gobierno central, que huelen a rancio...que es algo que no entendemos, con lo poco que llevan en el cargo cómo hay ese olor a alcanfor.

1 comentario:

  1. Y lo bueno de los encalijos es el día que se terminan, esa certeza de que hasta las gomitas de los espárragos están ordenadas en el rinconcito del cajón de la mesa de la cocina, que qué útiles para cerrar la bolsa de patatas fritas que hay que ver lo bien que saben acompañadas de una cerveza fresquita,todo reluciente como una patena.

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