jueves, 7 de febrero de 2013

Vuelvo llena, como la luna.



Ufff...cuánto tiempo sin aparecer por aquí. Mi día tiene 24 horas pero 8 de ellas son para dormir. Aunque últimamente veo que se me quedan en 6 y media o 7...culpo de ello a eso que llaman el climaterio. Me gusta la palabra, la verdad. Climaterio viene del griego klimater, que significa peldaño. Y a mi me gustan las escaleras y mucho más subirlas y bajarlas. Eso significa que mi cuerpo está en onda, apto para adversidades, aún. Así que no gasto ascensores.

 Como iba diciendo, mi día tiene en realidad ( descontando el descanso) unas 16 horas pero 7 y media las dedico a mi actividad laboral remunerada, así que me quedan 8 y media. De éstas, la cena se lleva 1, enterita, conversando, debatiendo, escuchando... y el almuerzo sobremesa se lleva otra, alternando informativos con los relatos de la mañana que cada uno de los que componemos mi mesa añadimos al plato.

 Las tareas domésticas ( que son compartidas y pueden ir desde comprar a regar) que una hace como si respirase, es decir, no cuentan o no se contabilizan con rigor, se llevan otras 2. Los trayectos para ir y volver  se llevarían 1/2 hora...así que me quedan 4. Pues esas 4 horas sueltas no han podido albergar un momento de dedicación a este blog. Esas 4 horas diarias tienen la culpa de que haya estado tan ausente en este espacio.
Buscando una respuesta convincente para justificar esta ausencia es como he llegado a este análisis numérico de mi tiempo. Odio los números, así que he realizado todo un esfuerzo, de verdad.

Y mira por donde, me he encontrado una lista de cosas que hago por placer, por puro placer, cada día, en esas cuatro horas. Se trata de actividades, actos  o acciones que no tengo programadas pero a las que busco un hueco porque me dan alegría, porque me provocan buenas sensaciones, porque me dan la gana:

Leo novelas, revistas, artículos, blogs o prospectos.
Llamo por teléfono a amig@s para saber de ell@s.
Visito a familiares o amigos tras operaciones, enfermedades o recaidas y les llevo una lata de melocotones en almíbar.
Bailo con mi hija Berta algún tema del Just dance 4 ( más de uno no aguanto).

Escribo y compongo otro blog con una amiga y nos inspiramos en mil cosas.
Me voy de tarde de merendola y me regalo una ración de bizcocho de chocolate, compartida.
Camino junto a mi novio por la vía verde.
Comparto confidencias con mi hermana, en mi cocina o en la suya.
Hago fotos a todo lo que me gusta con mi móvil y las subo a instagram.
Me reúno con las Alba para organizar, ordenar, preparar o merendar ( veo que meriendo a menudo).

Tomo cervecitas con mis amigos los viernes por la noche.
Me englorio haciendo un pastel para regalarlo.
Recorto ideas de las revistas o me las bajo de internet y se las llevo a mi madre, que es una artista.

Escucho lo nuevo de los Auryn, que son los favoritos de mi hija Julia.
Me pinto las uñas de verde vintage.
Hago todo tipo de planes con Zuri, desde el sofá.
Monto álbunes pegando y recortando.
Whatsappeo para alegrar el día a otr@.

Ordeno el frigorífico para que queden bien bonitas las natillas al abrir la nevera.
Entro en casa de mi vecina a preguntar por la salud o por la vida.
Ah y he vuelto a coger mi tarea de punto, una bufanda roja y rosa que lleva esperando ser acabada tres años!!

Mi intención es volver por aquí, no sé si lo conseguiré. Con tanta tarea bonita, ésta me tiene que caber en  esas 4 horas libres que el día me ofrece. Ocurre otra cosa en la que también caigo en este momento: a mi  me gusta hacer casi todo lo demás, esas otras tareas de las que hablaba al principio y que forman parte del tiempo obligado: tengo un trabajo precioso ( lo sé, soy una suertuda), creativo,  formo parte de un equipo  que me llena. Las tareas domésticas me relajan, no soy demasiado repulida, así que las disfruto ( bueno, siempre hay un límite, eso lo sabes tú perfectamente). Me gusta caminar hasta el trabajo y saludar a todo el que se me cruza ( a veces no llevo tiempo para pararme, pero ya me gustaría) y como me gusta comer, dormir y escuchar...pues mira...al final voy a tener razón y no me van a hacer falta las matemáticas ni los números.
 Puff, qué alivio! 




1 comentario:

  1. Ay Amiga con mayusculas...Ah que bonito escribes!A cualquiera se le antojan tus días felices y compartidos contados así,... nos contagias con tu frenética actividad y ese ritmo que le pones a la vida, gracias por compartir un trocito de ella.
    Yo si que me siento suertuda por formar parte.Besos mil

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